Se trata del artículo publicado en El País. Las diferencias regulatorias y fiscales entre comunidades complican la transmisión de bienes a los sucesores. La periodista Patricia Esteban cuenta con la opinión de Ángeles Luengo sobre este asunto y los protocolos familiares.
«Según la cita atribuida a Benjamin Franklin, “en este mundo nada es seguro, salvo la muerte y los impuestos”. Ambas certezas concurren en las herencias. En España, sin embargo, resulta bastante complejo concretar cuánto debe pagar al fisco quien hereda, existiendo, en consecuencia, una alta incertidumbre sobre el patrimonio final que recibirán los sucesores. La coexistencia de 17 regímenes fiscales, unido a las diferencias legales de cada región, provoca grandes desigualdades y no pocas dificultades a la hora de recibir los bienes de un familiar fallecido. Quien ha sufrido este proceso es consciente de la importancia de planificar al detalle la repartición de su propia herencia.
[…] Pero, ¿y si no hay testamento?, una circunstancia más frecuente de lo que debería. En España, a diferencia de otros países, “hay un régimen muy concreto de reparto de la herencia para estos casos”, explica Ángeles Luengo, socia de López Rodó & Cruz Ferrer. Eso sí, seguir el dictado de la ley “genera numerosos conflictos”. Unos problemas que aumentan en caso de una empresa familiar, que puede llegar a desaparecer. Por eso, son fundamentales los protocolos familiares que organicen este proceso. Recibir participaciones de estas empresas, tiene, además, rebaja fiscal. Les es aplicable una reducción en la base imponible de un 95%, que algunas autonomías elevan hasta el 99%.
En este enlace se puede acceder al texto completo de «La ‘yincana’ para heredar en España«.